Es condición de buen católico, o por lo menos de hombre sensato, pensar en la muerte. Yo lo estoy haciendo  y no porque la presagie, no hay nada hoy que me haga pensar en ella , pero supongo que de vez en cuando conviene pensar un poco en esa, nuestra buena amiga, la muerte; ya que ella nos abrirá las puertas de la eternidad, para bien o para mal.

Lógicamente el que piensa en la muerte piensa también en los que quedan, y ustedes son lo mejor que dejo.

Siempre los he querido mucho, no con el amor superficial de la caricia o la alabanza sino con el amor sincero del orgullo de tenerlos.

Les aseguro que las mejores horas de mi vida las he pasado con ustedes, a veces al verlos dormir solamente.

No sé qué nos deparara la vida, hoy deseo para ustedes no lo mejor sino lo necesario. todos deseamos para nuestros hijos lo mejor.

Pero ¿que es lo mejor? No el lujo, sino la tranquilidad; no el placer, sino la fe en Dios.

Lo mejor es dar y no recibir, eso se llama caridad.

Lo mejor es creer y no desesperar, eso se llama fe.

Lo mejor es luchar y no abandonar, eso se llama perseverancia.

La caridad hay que practicarla. La fe hay que que alimentarla, la perseverancia hay que conservarla. Porque si dan, recibirán: si creen verán a Dios; si perseveran obtendrán justicia.

Eso el lo mejor que deseo para ustedes, y lo que les pido a cambio de eso es sólo un recuerdo y una oración.

Papá.

Escrito por Luis Hugo Crosta en el año 1965. (1930-1989)

Gracias Papá por dejarnos lo mejor para saber como enfrentar estos momentos.